La restauración ecológica: un concepto integrador para la recuperación de nuestros bosques

Desde que los seres humanos tecnificamos la agricultura y la pecuaria e incrementamos nuestra población, hemos moldeado la naturaleza. Hasta la actualidad, los distintos usos del territorio han modificado enormemente los ecosistemas y sus principales bases de equilibrio ecológico¿cómo? talando bosques para cultivar, criar ganado o aprovechar la madera, secando humedales, cortando montañas para extraer minerales, desviando el curso de los ríos, entre muchos otros usos. En consecuencia, y desde la conformación de Panamá como república hasta la fecha, los bosques se han reducido en un 65%.

Aunque es imposible devolver la naturaleza a su estado original, existe un modo de curar las cicatrices e incluso revivir los ecosistemas que se han degradado, dañado e incluso destruido: es la llamada restauración ecológica, un concepto que está ganando fuerza en los últimos tiempos. A tono con la renovación de conceptos y técnicas, la “Alianza por el Millón de Hectáreas” en Panamá tiene la meta de “…restaurar un millón de hectáreas con especies forestales y frutales en los próximos 20 años, ayudando a reducir la tasa de deforestación de los bosques naturales, contribuyendo al secuestro de carbono para convertir a Panamá en un país con bajas emisiones…”.
Pero, ¿qué es restaurar? Según la Sociedad para la Restauración Ecológica es “es el proceso de asistencia a la recuperación de ecosistemas que han sido degradados, dañados o destruidos”. O dicho de otro modo, en ANCON la entendemos como una forma de asistir a la naturaleza a regenerarse por sí misma de un modo integral. La meta es recuperar ecosistemas que alberguen biodiversidad y vuelvan a ofrecer servicios y recursos. Un enfoque fundamental para apostar de verdad por la restauración ecológica es “observar, pensar y luego actuar”. La observación y comprensión del paisaje es el primer paso, y hacerlo con la participación de las personas que conocen, viven y trabajan en el territorio es un elemento clave para asegurar resultados positivos.

El reto para Panamá, y todos los países de la región sigue siendo apostar por esta visión integral e incorporar en las jornadas de reforestación, actividades complementarias. Lo cierto es que la plantación de especies forestales es una técnica útil de restauración, pero existen muchas actividades análogas que aceleran el proceso de la restauración. Plantar especies arbustivas que apoyen la regeneración natural, por ejemplo con refugios de animales que favorecen la dispersión de semillas. El mantenimiento es crucial, desbrozar, reponer plantones, así como asistir con abonos y fertilizantes específicos para el territorio y las especies. Recordemos que cada ecosistema es distinto y por lo tanto los resultados y su adaptabilidad van a ser distintas también. Propiciar la conectividad de parches de bosques pre-existentes para generar corredores de conservación acelerará la recuperación natural de todo el ecosistema. Observar la ubicación de las nacientes de los ríos, los ojos de agua y las recargas de los acuíferos, son elementos clave que guían la decisión de dónde y cómo reforestar.

En ANCON venimos desarrollando algunas técnicas de restauración ecológica a través del Proyecto de restauración de la cuenca alta del río Escárrea en Chiriquí, y el Proyecto de restauración de la cantera de CEMEX, con distintos tratamientos para experimentar la mejor metodología para la restauración. En definitiva, Panamá reúne las condiciones para promover una visión más integral. El momento que vive el país con una iniciativa que tiene fuerza, respaldo estatal y del sector privado, es a su vez el escenario idóneo para avanzar hacia la “restauración ecológica”, solo falta reunir a todos los actores involucrados y elevar los estándares de actuación para alcanzar la meta del millón con mayores probabilidades de éxito.